La intervención inmediata se refiere a los primeros auxilios
proporcionados por el personal médico. Estos son importantes porque disminuyen
la probabilidad de que el paciente presente problemas o complicaciones a largo
plazo.
1. Eliminación del agente químico: Retirada de ropa y riego a fondo con agua. El riego debe ser abundante, evitando colocar al paciente en una tina porque podría esparcir el agente nocivo a tejidos no expuestos e incrementar el daño. El lavado diluye y elimina el agente químico en contacto con la piel y ayuda a corregir los efectos higroscópicos sobre los tejidos. La dilución, no la neutralización, es el punto clave de la terapia porque es muy eficaz para exposiciones ácidas y alcalinas.
2. Tratamiento de la toxicidad sistémica
y efectos secundarios: Después del lavado y desbridamiento de las ampollas, las
quemaduras químicas se tratan igual que las quemaduras térmicas. Se pueden
cubrir con agentes quimioterápicos, cremas o apósitos. Se recomienda la
escisión temprana y el injerto de tejido lo antes posible si es necesario. Para
el ojo, los estudios han demostrado que la difoterina induce una mejora en la
curación de la córnea, ya que detiene la actividad del producto químico involucrado.
3. Apoyo general: Las lesiones respiratorias también pueden ocurrir en quemaduras químicas cuando se inhalan. Se manejan con protección de la vía aérea y oxigenoterapia, mediante ventilación mecánica con presión positiva al final de la espiración y fisioterapia torácica agresiva.
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